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HISTORIA DE CHICAGO

 

Jean Baptiste Point DuSableJean Baptiste Point Du Sable llegó a la zona donde se ubica el actual Chicago alrededor del año 1780. No fue el primero, ya que los indios Potawatomi vivían ya en esas tierras y Louis Jolliet y el misionero Jacques Marquette habían estado allí un siglo antes, pero sí fue el primero en crear un asentamiento permanente.

Point Du Sable era afroamericano y había nacido en territorio del actual Haití, hijo de un francés y de una esclava africana. Estaba casado con una india potawatomi y tenía dos hijos.
Se estableció a orillas del río y creó un puesto comercial, con el que ganó bastante dinero, para abastecer a todo aquel que viajara hacia el Oeste.
Años después, en 1796, nació su nieta, que fue la primera ciudadana nacida en Chicago.

En 1833, mediante el Tratado de Chicago, los indios Potawatomi le cedieron a Estados Unidos todas sus tierras al oeste del Lago Míchigan a cambio de una reserva similar al oeste del Río Misuri.

Poco a poco la ciudad se fue ampliando y, aunque sufrió una serie de problemas, como los enfrentamientos con los indios o la Guerra de 1812, cada vez era más próspera.

A mediados del siglo XIX era una ciudad llena de oportunidades y cada año llegaban miles de emigrantes más en busca de trabajo y tierras.
En 1861 comenzó la Guerra Civil, pero eso no fue un impedimento para que la ciudad siguiera creciendo. Diez años más tarde, en 1871, otro hecho trágico, el llamado Gran Incendio de Chicago sí amenazó esta prosperidad.
El fuego causó grandes pérdidas humanas y materiales y acabó con el centro comercial. A pesar de ello, los chicaguenses supieron reponerse a la desgracia y pronto comenzó la reconstrucción. Un gran número de arquitectos se pusieron manos a la obra para diseñar una nueva ciudad. Los edificios se construyeron con materiales resistentes al fuego, se primó la construcción en altura para ahorrar terreno y se introdujeron las ventanas corridas, que daban una mayor luminosidad interior. Esta corriente arquitectónica, que pronto se copió en otras ciudades, ha dado en llamarse Escuela de Chicago.

La ciudad se recuperó del incendio rápidamente. Prueba de ello fue su elección como sede de la Exposición Mundial de 1893.

Años más tarde, en 1933 y 1934 se celebró la Exposición Universal de Chicago "A Century of Progress", una exposición internacional que conmemoró el centenario de Chicago en la que participaron 16 países.

 

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